Tenemos muchas pero muchas historias de familias donde los pequeños del hogar tenían sueños “razonablemente buenos” o así lo creían los papás hasta que llegaron a los temibles 4meses.
¿Qué es lo qué pasa? Por qué tantos cosas al rededor de esta edad?
La verdad es que a partir de los 4 meses de edad, todos esos muletillas que consideramos adorables los primeros días cobran factura y se vuelven en asociaciones indispensables para que nuestros pequeños logren relajarse lo suficiente para conciliar y MANTENER el sueño.
Si, antes de los 4 meses podemos arrullar, dormir en pecho, en coche, con mamadera, o como más conveniente consideremos a nuestros chiquitines y para ellos no se crea el hábito, ni la dependencia sin embargo para nosotros papás sí.
Cuando encontramos esa fórmula mágica con la que dormimos a nuestros bebés en 3 minutos, sin esfuerzo se nos hace vicio, y queremos utilizarla una y otra vez. Para qué enseñarlos a conciliar el sueño independiente si hoy, en 3 segundos se duerme profundo con pecho, o caminando 10 pasos.
Entonces, qué sucede: encontramos la forma mágica y la hacemos nuestro hábito: tiene sueño, pum 3 segundo de pecho y cae, hasta que llegan los 4 meses.
A los 4 meses los pequeños tienen un fuerte despertar, se estimulan más fácil e inician a necesitar ciertas cosas para conciliar el sueño ( la muletilla), ademas que su sueño inicia el proceso de consolidación que terminará cercano de los 6 meses. Toda esto mezclado es lo que ocasiona la terrible regresión de los 4 meses.
Es ahí cuando inician a prefiere dormir con mamá que en su cuna, también cada vez que despiertan y no ven a mamá la necesitan, sus siestas empiezan a acortarse ya que no logran unir ciclos de sueño por si mismos, las noches en lugar de mejorar se vuelven más complicadas por la misma razón.
Para ellos ya no es tan fácil como lo era antes conciliar el sueño, hoy NECESITAN de esa muletilla que logra relajarlos lo suficiente para conciliar el sueño y lo peor aquí es que nosotros papás ya no sabemos como dormirlos, o como enseñarlos a dormir sin la receta mágica que hoy ya no nos funciona igual, así que terminamos cediendo todo para lograr unas horas de descanso.
Les voy a platicar el caso de Lucia, Matias & Helena.
Matias y Helena, papás de Lucia 3.5Meses ( Bogotá, Colombia) siempre habían logrado dormirla arrullandola 3 minutos, posterior la pasaba a su cuna y dormía de corrido 6 horas hasta que despertaba por hambre, comía y caía rendida nuevamente.
Hoy Lucia tiene 5 meses y este panorama cambió radicalmente, Lucia ya no solo no se duerme en 3 minutos, hay días que lucha con las siestas y llega agotada a la hora de dormir. Sus niveles de cortisol estan en el cielo y el arrullo es de por lo menos 20 minutos antes de que logre cerrar los ojos. En el momento que logra dormirse tratarla de ponerla en su cuna es absolutamente imposible ya que deja de oler a mamá e inmediatamente suelta el llanto y empezamos de cero.
Por tal razón, Matias y Helena optaron por hacer co-sleeping, sabiendo que es un riesgo potencial para Lucia no solo por el aplastamiento causado por agotamiento, sino por el uso de cobijas y almohadas y el riesgo que esto conlleva. Los padres están informados sobre esto, sin embargo están confiados que jamás les pasará nada porque ponen atención suficiente, adicional que trabajan por las mañanas, y están agotados. Lo único que busca es dormir, sea como sea.
¿Les suena familiar? Los padres de Lucia tenían la receta mágica, hasta que esta receta mágica dejo de funcionar y terminaron cediendo todo, hasta la seguridad de su pequeña.
Todas las decisiones basadas en agotamiento, soluciones "rápidas" y un pensamiento que inicia con " solo hoy", es lo que crea los malos hábitos, la dependencias, y sobre todo un sueño de pésima calidad que no ayuda ni a Lucia, ni a Matias, ni a Helena a descansar y restaurar lo suficiente para lograr tomar mejores decisiones el día de mañana.
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